Tres años hacía se había fundado nuestra Casa Noviciado en Madrid. Este acontecimiento había constituído un gran progreso para la naciente Congregación. Así, en la capital de España podrían reunirse con más facilidad por su situación geográfica las vocaciones procedentes de los distintos puntos de la Península. Entre las muchas dificultades que surgieron, propias de toda fundación, podemos señalar, quizás como una de las menores pero no por eso sin importancia, la de las distancias al centro de la capital, agravada por las malas condiciones de las comunicaciones de entonces. Precisamente por ser comienzos de la fundación se hacían necesarios continuos desplazamientos al centro, para los trámites propios de apertura del Noviciado, Escuela, etc. Era preciso salir muy de mañana y, a veces después de una gran actividad en oficinas y negociados no se acababa la tarea. Se imponía el regreso con las consiguientes molestias y pérdidas de tiempo, para volver por la tarde o a otro día expuestas a las mismas vicisitudes; o, por el contrario, pasar el día entero en ayunas hasta volver a casa por la tarde exhaustas de fuerzas y energías
Nuestra Madre Fundadora vió la necesidad de una nueva fundación en el centro de la capital.
Muchas gestiones se hicieron a este fin. Entre ellas pueden citarse el ofrecimiento que hizo de una parte de su vivienda Dña. María Puig. Todavía recordamos que en el verano de 1946 la referida señora autorizó para que utilizáramos unas habitaciones del citado piso y allí pasamos no sé si uno o dos meses, varias religiosas jóvenes que estudiábamos, por lo que diariamente habíamos de venir a Madrid. Nuestra Madre Fundadora también pasó allí aquellos meses.
En noviembre de 1946 ya hacía D. Juan Aparicio, (abogado que durante los primeros años de nuestra estancia en Madrid fue un gran bienhechor de la congregación) las primeras gestiones para conseguir que fuésemos nosotras, las encargadas de regir la escuela que se había constituido en la casa nº 15 de la calle D. Ramón de la Cruz, en Madrid.
La fundación declarada de carácter benéfico-docente se denominaba “Escuela de Nuestra Señora de los Dolores”, por la especial devoción de toda la familia a los Dolores de la Virgen Santísima.
Con fecha 17 de diciembre de 1946, se pidió el permiso de fundación al Obispado, y fue concedido con fecha 31 de diciembre del mismo año.