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Un nuevo palomarcico 🚂 Camino de Oporto

By octubre 16, 2020octubre 20th, 2020No Comments

«Se levanta la revolución y cuando queman conventos y expulsan religiosos, me aconsejan salga de España y busque un lugar de refugio en Francia. Allí vamos tres religiosas y al pedirle la bendición y permiso al Sr. Nuncio, él nos hace desistir del viaje a París y nos aconseja ir a Portugal con encargo especialísimo vayamos a los jesuitas españoles y les roguemos de su parte que cuiden de nosotras. Las compañeras se oponían y les digo si quieren márchense a Berja que yo me voy a donde el Señor, por medio de su santo prelado, nos ordena ¡y me voy sola! …”. M.T. Esc. Cuad. 3

La ruta portuguesa, le podríamos llamar la “Ruta Providencial”. Portugal pasa de ser “imprevisible, ignorado, a providencial y salvador”. No entraba en los planes de Madre Trinidad; fue por orientación del Señor Nuncio Tedeschini, por pura obediencia desnuda, no conocía a nadie y resultó ser hogar, desarrollo familiar, consolidación de su Obra y proyección de futuro. Dios la bendijo en Portugal. La Madre va a Portugal con el objetivo de encontrar refugio para sus monjas y sacarlas del peligro que corren en la España de la República donde la quema de conventos, la ejecución y asesinatos a religiosos, sacerdotes y monjas está siendo una terrible realidad. Allí la Madre Trinidad ha conocido y ha sido ayudada muy especialmente por los Jesuitas españoles que, como ellas estaban refugiados en ese país hermano. Se han instalado bastante cerca de la Universidad Católica de Braga y en esa Facultad hay un grupo de insignes Padres Jesuitas procedentes de la Universidad de Deusto. Hay un renombrado canonista, P. Isacio Morán S.J. que le ayuda a dar forma a las Constituciones que Madre Trinidad ha redactado y que pretende enviar a Roma pidiendo la aprobación de lo que ya está evolucionando hacia una Congregación de Vida Mixta, algo diferente al proyecto inicial y que le está acarreando grandes dificultades. Encuentra apoyo en los Padres Franciscanos de Monteriol y es muy bien acogida por varios obispos entre los que destacan el Primado de Braga D. António Bento Martins Junior, y el Patriarca de Lisboa Don Manuel Gonçalves Cerejeira. Con la ayuda de estos prelados y de otros a través de ellos, conseguiría Madre Trinidad cartas de recomendación para que la Sagrada Congregación le diera la aprobación definitiva de las Constituciones.

Desde su primer viaje a Portugal en 1933 hasta el último en 1948 ha fundado en varias localidades, han entrado muchas jóvenes portuguesas, han ocurrido muchos hechos significativos como la apertura del primer noviciado común y el primer internado de la Congregación en Oporto y hasta se ha establecido por unos años la Casa General en Lisboa. Definitivamente, la Ruta Portuguesa es la “Ruta de Oro” en la vida y obra de Madre Trinidad Carreras.

El día 31 de julio de 1933 salieron de Madrid para Salamanca, donde recibirían los pasaportes arreglados para pasar a Portugal. Estas gestiones se adelantaron al facilitar los trámites una señorita residente en las religiosas del Servicio Doméstico que tenía amistad con el Cónsul portugués. Así pudieron partir para Oporto, donde llegaron el día 4 de agosto al atardecer. Aunque iban a fundar, como reconoce la madre Trinidad en el texto antes citado, «desorientadas de todo y con poquísimos recursos», fueron disuadidas de no fundar en la ciudad por ser muy pobre y sin conocimiento de la vida contemplativa.

Al llegar las pusieron al corriente de las dificultades que podían encontrar una monjas de clausura en una ciudad como Oporto; lo mismo le dijeron el día siguiente los jesuitas y las encaminaron para Braga, ciudad muy religiosa y con un Arzobispo amante de la vida contemplativa. Oporto en aquellos años en que los viajes se hacían por ferrocarril era un lugar de paso entre Braga y España. A esto se unía la necesidad que tenían de abrir nuevas casas para poder obtener la aprobación de Roma. Por ello la madre Trinidad se decidió a fundar en Oporto y allí se dirigió en agosto de 1936. (V.O. pág. 145-146)

Oporto fue su segundo destino fundacional en Portugal. Nuestra Madre tuvo la inspiración de que era conveniente preparar otro “palormarcico”… Con este pensamiento y llevando por compañera a M. Concepción de la Sta. Cruz fue a Oporto a exponer su deseo al Sr. Obispo. Este los recibió con los brazos abiertos y las atendió abriéndoles de par en par las puertas de su diócesis.

A la casa actual de la Congregación en Oporto, llegaron en octubre o noviembre de 1948, antes estuvieron en varios emplazamientos hasta que encontraron el que reunía las mejores condiciones para su género de vida. Recordemos que en este momento, eran monjas contemplativas, reedificando, por así decirlo el carisma dado por el Espíritu Santo, en resumen, evolucionando hacia una congregación mixta.

En este tiempo, el día 16 de julio de 1936 llegaron a Braga 6 religiosas de Berja: Madre Consuelo de Jesús, Sor Sacramento de la Madre de Dios, Sor Carmen María, Sor María Jesús, Sor Josefina y una joven recién entrada de Guadix llamada Dolores Soriano, futura Sor María Francisca de Asís. El Señor Arzobispo de Granada, movido por las cartas llenas de dolor de Madre Trinidad, concedió al fin un permiso para que salieran las ancianas enfermas o débiles, siempre que quedasen en Berja las suficientes para seguir la vida regular. A este paso por Madrid encontraron ya grandes dificultades para arreglar el pasaporte y no lo habrían conseguido sin la ayuda del Sr. D. Eusebio Péres-Fúster, cuñado de Sor María Jesús, que les arregló todo. Por cuestiones políticas se aceleró la partida de las monjitas y apenas pisaban Portugal, estalló en España la guerra terrible que había de durar tres años. Con el arribo de las monjitas de Berja se hizo más necesaria la fundación de Oporto. La casa de Braga era pequeña para tantas y los recursos económicos escaseaban ya que no teniendo ayuda de España era preciso más que nunca el trabajo de las hermanas y las limosnas de los bienhechores. Convencida de que podía ser, se resolvió ir a Oporto.

Fue una fundación al estilo teresiano, Fray Abilio, cumpliendo su encargo, tomó una casita pequeña en la Rua Antero de Quental; compró unas camas de hierro… poco más. El día de la Virgen de la Asunción la comunidad de Braga salía de ejercicios. Los había dado un Padre Jesuita español, Rvdo. Padre Virgilio Revuelta, que con su elocuencia y entendida palabra, había dejado a las monjitas ardiendo en amor de Dios y llenas de los mejores deseos, dispuestas a los más grandes sacrificios… “Bien iba a serles preciso este arsenal de reservas. El día 17 Nuestra Madre, acompañada de Madre Concepción, Sor Teresita, Sor Clara y las novicias Sor Aurora y Sor Laurinda salió de la casa de Braga de tantos recuerdos y tan queridos. Llegadas a Oporto se instalaron en la casita que el buen fraile les había preparado. El día 25 de agosto salieron de Braga, Sor María Eucaristía y Sor Corazón. La salida, dolorosa por las separaciones, llegadas a Oporto alegres porque Sor Eucaristía encontraba a su Madre muy querida, y las otras veían una compañera para la lucha de la fundación. Allí comenzaron en pobreza y alegría la vida regular. Nos vislumbra Madre Trinidad los sentimientos de aquellos días: Bueno, hija mía, llegué ayer rendidísima y hoy es la primera carta que escribo, a las 12 de la noche; estaba leyendo su carta y me parece muy bien esa casa que le ofrecen…”. M.T. Cta. Madre Clara de Jesús. 21 de abril de 1948. Madrid.

Después de varias mudanzas buscando el sitio ideal para vivir en plenitud su consagración, en 1948, la comunidad se trasladó a la casa comprada a tal fin en la Rua Tenente Vidal Pinheiro nº 23, actualmente Santa Isabel. Oporto será la primera comunidad que la Madre Trinidad dedica a la formación de niñas en Portugal. Y como curiosidad deciros, que las únicas fotografías de la Madre Trinidad con niñas, son de su paso por Oporto.

Texto citado: Tras los pasos de Madre Trinidad

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